Un ejemplo a poner en práctica entre nosotros.
¿Cómo se reciclan los aparatos eléctricos?. Lo que sucede en España:
Por ley, todos los aparatos electrónicos deben reciclarse en plantas autorizadas. Aquí se despojan de elementos tan nocivos como el fósforo, el mercurio o los gases refrigerantes. El resto de componentes (plástico, aluminio, cobre o vidrio) se procesan para fabricar nuevos productos.
Del hogar al Punto Limpio
Los vertederos o los contenedores de basura no son el lugar idóneo para depositar electrodomésticos, televisores o cualquier otro aparato electrónico. Su destino ha de ser los Puntos Limpios. También, los consumidores pueden entregar en la tienda el viejo aparato para su reciclaje, siempre y cuando compren un producto de similares características.
El almacén y la planta de reciclaje
Los aparatos se trasladan desde el Punto Limpio hasta las plantas autorizadas para su reciclaje. A su llegada, el transporte se pesa en la báscula. La ley exige documentar y declarar el origen y cada movimiento y procesado de los residuos.
Ocho horas reciclando televisores
En las cadenas de reciclaje, como la localizada en Osorno (Palencia), la llegada de los residuos activa un protocolo preciso de despiece y reciclaje. El personal trabaja parapetado tras máscaras y ropas de seguridad. La línea de televisores y monitores apenas descansa durante ocho horas. Primero toca separar la carcasa de la pantalla y después, el resto de componentes eléctricos. Detrás de la cadena hay contenedores para cada tipo de pieza donde se recopilan cables, bobinas de cobre, placas base, etc.
Plomo, cadmio y fósforo
De la pantalla se separan el vidrio de plomo y el de cadmio. Estos materiales se utilizan después como materia prima para la industria de la porcelana. El elemento más nocivo es el fósforo que recubre el interior de la pantalla. Hay que aspirarlo y enviarlo a un gestor autorizado para su correcto tratamiento.
La tasa ecológica
Los robos en los Puntos Limpios y la gestión ilegal de los residuos tóxicos, como los contaminantes gases CFC presentes en los frigoríficos, provocan la liberación de grandes cantidades de dióxido de carbono a la atmósfera. Estas prácticas delictivas atentan además contra los consumidores, ya que por cada aparato se paga una tasa ecológica, incluida en el precio, destinada a cubrir los costes de su posterior reciclado legal.
Ruben García Blázquez ,fuente de información: eroski consumer-de España-
ong VIDA, Concepción del Uruguay, Entre Ríos, Argentina
Publicado por asociacion civil vida en martes, abril 12, 2011 0 comentarios Enlaces a esta entrada
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