Indígenas suruwaha, descubiertos en los años '80; se mantienen aislados. |
Obras del PAC pueden exterminar a las comunidades indígenas aisladas
Los más amenazados están en el Amazonas, Mato Grosso y Rondonia. Abandonados, los indígenas también son víctimas de la actividad furtiva y la apertura de caminos.
Manaus, 17 de Junho de 2011
por ELAÍZE FARIAS
Los pueblos indígenas aislados que viven en las proximidades de las obras de las hidroeléctricas del Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC) del Gobierno Federal pueden ser extintos, según comenta el Consejo Indigenista Misionero (CIMI).
Los más amenazados están en la región sur del Amazonas, norte del Mato Grosso y de Rondonia. Los pueblos aislados también son víctimas de la actividad ilegal de tierras y la apertura de caminos.
Solamente en la región del río Madeira, en el límite de Rondonia con el Amazonas, hay por lo menos registrados cinco grupos indígenas aislados.
Apenas em 2011, a Fundação Nacional do Índio (Funai) anunciou que llevaría a cabor projetos para acompanhar estes indígenas - dois anos após o início das construção das hidrelétricas de Santo Antônio e Jirau.
Solo en 2011, la Fundación Nacional del Indio (FUNAI) anunció que llevaría a cabo proyectos para realizar a estos indígenas –dos años después del inicio de la construcción de las hidroeléctricas de Santo Antonio y Jirau.
“Toda vez que existe un llamado boom económico en la Amazonia la vida de los pueblos aislados queda más amenazada. Y los grandes proyectos de desarrollo del pasado están volviendo a escena en la Amazonia. Ese desarrollo viene siendo pensado por intereses localizados fuera de la región. No hay un modelo pensado a partir de los pueblos que viven en la región”, alerta Francisco Loebens, indigenista del CIMI desde hace más de 30 años, y uno de los autores del libro “Pueblos Indígenas Aislados en la Amazonia”, producido juntamente entre el CIMI y la Universidad Federal del Amazonas (UFAM).
En la región del municipio de Lábrea, en el sur del Amazonas, donde los campesion y asentados son amenazados por deforestadores y furtivos, hay presencia de indios aislados sobre los cuales ningún órgano del Gobierno tiene referencias.
“Sólo se habla de las amenazas y los asesinatos de los agricultores. Pero allá en Curuquete, donde hay un intenso conflicto de tierras, hay muchos grupos de indígenas aislados. Si los furtivos matan a los campesinos facilmente, imagine lo que ellos hacen con los indios”, cuenta Loebens.
Reducción
Según Loebens, desde que el contexto de los grandes proyectos comenzó a ser llevado adelante, hubo una reducción del 50% en los pueblos indígenas de la Amazonia.
Él recuerda que las llamadas “pacificaciones” de la Fundación Nacional del Indio (FUNAI) sólo intentaban remover a los indígenas del camino de los emprendimientos para crear caminos y fazendas.
Hoy, según Loebens, la estrategia es ignorar la presencia de indios aislados alrededor de los emprendimientos.
“Estos pueblos continúan siendo considerados impedimentos para el desarrollo. En la región del río Madeira no fue hecho ningún estudio, ni relevamiento alguno sobre los indígenas aislados, antes de liberar la licencia ambiental para cada obra. En el caso de Belo Monte, hay referencias de grupos pequeños de aislados, pero nada fue hecho en efecto para mantener su sobrevivencia. Lo que se prefiere es, simplemente, desconocer la presencia de estos grupos”, dice Loebens.
Masacre
Desde que sus pueblos fueron practicamente diezmados en la década del 80, los 12 últimos indígenas juma fueron obligados a convivir con otra etnia, los uru-eu-wau-wau, en el Amazonas.
En el Maranhâo, los awá deambulan por diferentes tierras indígenas, sin lugar fijo, en condiciones precarias y perseguidos por los no indígenas.
En Rondonia, el “indígena del agujero”, último sobreviviente de su pueblo, vive literalmente en un hoyo. La FUNAI procura monitorear la presencia del índígena, a pesar de que en el pasado ya había facilitado su desalojo para favorecer el acceso de fazendeiros, según un estudio del CIMI.
Los waimiri-atroari, de 1300 personas, fueron reducidos a 500 con la construcción de la hidroeléctrica de Balbina, en el Amazonas, y hoy luchan para tener una recuperación demográfica.
Son estas algunas de las condiciones que viven hoy los llamados “indígenas aislados” en el Brasil, según artículo aparecido en el libro publicado por el CIMI y por la UFAM.
“Cuando no es bajo la violencia directa de las armas y de las enfermedades, son bajo los emprendimientos”, dice Loebens.
Relatos
Grandes proyectos que colaboran en la drástica reducción de indígenas fueron las hidroeléctricas de Balbina y de Tucuruí, la carretera Transamazônica, BR-364, la 174 y Perimetral Norte.
Entre los pueblos que casi fueron exterminados están los waimiri-atroari, yanomani, arara, parakanâ, cinta larga y los nambikwara.
Según datos del CIMI, hay hoy 127 grupos indígenas aislados en el Brasil, siendo que 90 están en la Amazonia, pero el número puede ser muy superior, ya que hay casos que son desconocidos.
Las mayores amenazas son la exploración maderera o tala y la deforestación, la ocupación de la tierra para ganado y los agronegocios.
En el libro del CIMI, el lector puede encontrar pasajes chocantes de relatos de mucha crueldad contra los indígenas, como aconteció con el pueblo Piripkura, entre los ríos Branco y Madeirinha.
Hay un caso de aislados del río Tanauari, cuyas tierras fueron interdictas después de la masacre, y seguidamente la FUNAI destrabó la medida para beneficiar a los fazendeiros.
Otro caso es el de los indios “baixinhos”, en el Mato Grosso, cuya población disminuye a medida que la selva es deforestada.
En el Amazonas, uno de los casos más dramáticos es vivido por los indios suruwahá, con una populación de 142 mil personas, que el pasado mantenía una disputa entre la Fundación Nacional de Salud (FUNASA), la Fundación Nacional del Indio (FUNAI) y la misión Jocum.
Actualmente, aquel grupo cuenta apenas con la presencia de funcionarios de la FUNAI, que realizó la desinstrucción de misioneros, por una determinación judicial.
Contacto
Las expediciones del CIMI comenzaron a ser realizadas en los años 70. Según Loebens, las experiencias de contacto con los grupos fueron hechas en el contexto de los grupos proyectados en el país, pero la metodología era la de realizar la “menor interferencia posible”.
Hoy, el CIMI no realiza más experiencias en estas áreas.
Fuente: http://acritica.uol.com.br/amazonia/Amazonia-Amazonas-Manaus-Obras-PAC-exterminar-relatorio-CIMI_0_500949993.html
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